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EL PROBLEMA:

Los paneles compuestos proveen una solución fuerte, ligera, y muy customizable para una variedad de industrias. El único defecto es que también son costosos de producir, y su alto costo no permite márgenes de error durante la instalación.

SNCF, el operador del tren de alta velocidad TGV, en Francia, tenía un equipo de cuatro personas para cambiar el panel compuesto de las narices de sus locomotoras – y sólo tenían ocho horas para lograrlo. Esto significaba 32 horas hombre, a más de $100 por hora.

Los retos que encaraba SNCF eran:

  • Mantener el desempeño de una aplicación de amarre de seguridad crítica existente.
  • Necesidad de una solución de auto-cerrado que pudiera operar a bajo torque, crucial para prevenir daños al panel compuesto.
  • Brindar hasta 10mm de ajustabilidad en todas las direcciones.
  • Que preferiblemente fuera incrustada en los paneles cuando los mismos llegan del proveedor.
  • Eliminar paneles dañados debido a mala alineación y errores del operador.

LA SOLUCIÓN:

J.Lanfranco creó instalaciones modulares multi-direccionales, que pueden montarse directamente en los paneles compuestos, usando epóxico. Estas nuevas instalaciones modulares brindaron 12mm de movimiento en todas las direcciones. Esto garantizó que, independientemente de ligeros cambios e imperfecciones en la etapa de moldeado, pueden ser fácilmente integrados.

Esta ajustabilidad resultó en la eliminación de paneles dañados durante los cambios, y redujo el tiempo promedio de instalación de 32 horas hombre, a sólo 8. Se estima que, en el tiempo de vida útil del sistema, se lograrán ahorros por más de $750.000.

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